Hay noches donde solo observo las estrellas, aquellas que me alejan de ti. Parece de loco, ¿No? Eso de que puedo olerte y sentirte en cada parte de mi cuerpo, a veces hasta me da por extrañar tus labios, aunque nunca te he besado.
Pero lo que más extraño, son nuestros intercambios de cartas, donde la paloma mensajera era nuestra testigo.
Hoy estoy escribiendo con la misma pluma de tinta negra que algún día escribí tus cartas, porque desde hace mucho deje de escribir para ti, desde el momento que dejaste de contestarlas...
Debes iniciar sesión para publicar un comentario.